martes, 11 de agosto de 2009

Bella Dama.

Bella dama de alta cuna,
de noble esperanza y baja estima,
bella dama de luz serena,
que brilla en los ojos que ocultan la pena.
Bella dama que fingis vuestro rango,
que vivís vuestra vida
con desesperanza y oculto llanto.
Bella dama que habés hechizado
cada sentido de este joven basallo.
Bella dama yo os pido,
bella dama os suplico una sola mirada,
para descubrir en la pupila sagrada,
un atisbo de roconocimiento
que alumbre mi esperanza.
Bella dama os ruego,
de rodillas en mi plegaria,
que tengáis en consideración
estás atrevidas palabras.
No soy digno según mi cuna,
no soy digno según mi enseñanza,
no soy digno como vos de alavanza,
más no soy nadie, pero soy quien os ama.
Bella dama es la verdad,
la que guarda mi corazón
sin siquiera haberla visto hablar,
sin haber escuchado más que su silencio,
sin sentir la esperanza de un necio.
Contadme bella dama y dejaros llevar,
por la senda prohibida que deseáis tomar.
Contadme su altísima belleza,
yo os he de escuchar y comprender
vuestras derroteras varias de mujer
y he de importunaros
si así lo hubiérais de querer.
Bella dama os dejo,
ha llegado la hora,
debo acometer mis deberes,
debo callar mi lengua pecadora.
Bella dama os reclamo,
sabéis donde jugábais de niña,
allí os esperaré,
con la ilusión del niño
que nunca volveré a ser.

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