martes, 19 de enero de 2010

Diferentes Generaciones

Hay motivos ocultos a la razón,
hay sentimientos ajenos al corazón,
hay nobles intenciones
desconocidas del honor,
hay socavones en las ideas,
hay invasores del dolor,
hay actos que superan
con creces la imaginación,
impensables con lógica,
inaceptables a nuestra condición,
sucesos que guardamos
en el profundo interior,
recuerdos que queremos olvidar,
amores olvidados llenos de rencor,
hay nostalgia de lo que no pasó,
deseos de valentía o de redención,
hay excusas que no damos,
hay sinceros engaños,
rotundas respuestas exaltadas
en estados alterados,
anhelos de cambiar el pasado,
de sentir lo que no recordamos,
de vivir de otra manera
y reparar tantos daños,
deseos que se encuentran
con la imparable edad
de los jóvenes que serán,
de los niños que protegemos
de lo incierto que vendrá,
sin quererlo los limitamos,
sin quererlo los custodiamos,
sin recordar lo que pasamos
les hacemos pasar por el aro,
sin importar lo que digan
nos apostamos en la guardia
de su desagradecida seguridad,
para que no sufran lo más mínimo
ni siquiera un poquito más
de lo que tuvimos que vivir
de lo que tuvimos que llorar.
Así creemos educar,
así creemos bien obrar,
así nos convertimos
en lo que llegamos a detestar,
así entendemos a los padres
que sobre protegieron sin pensar,
repitiendo actos de mayores,
despotismo e ilusiones conviven
al límite de las razones
que ambos esgrimen
cual mortal sable o florete
en singular duelo a muerte.
Hay que vivir y dejar vivir,
para que cada uno aprenda a sentir,
para que la vida enseñe
y aprendamos tanto lo bueno
como lo malo que tiene.
Seremos la suma de vivencias,
seremos todo menos carencias,
seremos hombres y mujeres
con significativas diferencias,
enriquecidos tras su existencia,
una vida de alas libres,
una vida de responsabilidad,
una vida que pide más vida
que en cada vientre cultivar,
una vida que observa
la vida de los demás,
una vida que aconseja
sin coaccionar la vida
que soñé vivir con alegría,
llena de tanta oportunidad,
llena de sorpresas buenas o malas,
que me sorprenderán,
una vida repleta
que no da miedo sin necesidad,
que no desmerece a la de nadie
que quiera destacar,
una vida frágil y sencilla
con su abstracta complicidad,
con tantos sentimientos
que tal como vienen se irán,
una vida pido,
una vida tendré,
una nada más
que he de explotar,
tal como la juventud
que viene detrás,
tan viva y diferente,
y dicen que viene
sin valores de más,
juventud sin límites
que no se para a pensar,
a dar gracias y comprender
que hay quien se sacrifica
muy a su pesar,
hay quien calla y mitiga
sus ganas de gritar,
hay quien no habla por no pecar,
quien no duerme por solo llorar,
quien tiene miedo irracional
de lo que pueda pasar,
a esa juventud que no mira
quien es el que siempre está
detrás de su vida.

Qué siento?

No es algo normal
No es sueño o realidad
No es fácil de expresar
Es un sentimiento sin igual
No es una impresión
No es artificio sin más
No es ciencia ficción
Es el arte de sentir y amar
No es dolorosa pasión
Ni es duda o pesar
No es simple emoción
Es recóndito instinto animal
No hay nada parecido
No lo volveré a encontrar
Me siento alegre cual niño
Al contemplar su felicidad
Resuelvo en unos momentos
Siglos de miedo y malestar
Descifro complejos elementos
De mi alma llena de ella
Llena de sus ojos bellos
Llena de sus inquietos sueños
Llena de sonrisas de cuento
Llena de los quehaceres a su lado
Buscando su pronto encuentro
Buscando sus agradecidos labios
Que me llenan de mil sentimientos
De dulces y perfectos recuerdos
De su amor sincero e inmenso.

La Lluvia

Gotas de lluvia celeste,
de encuentro en el cielo,
de alivio y limpieza
y pieles de anhelo,
que hidratan y viven,
que sueñan y gozan,
que disfrutando piden
más y más gotas
que limpias mojan
el alma que adoran
mientras se funden
y se arrojan al vacío
de las sufridas horas,
resbalando en segundos
por curvas por cúmulos,
por cabellos lisos y rubios,
o de morenos rizos,
que se erizan y se aplastan
provocando la desdicha
y la entramada amenaza,
que hace sollozar
como lo hace el cielo,
de alegría y otros sentimientos
de lujuria incontenible,
de deseos intangibles.
Lluvia que cae sin cesar,
que hace las delicias de tantos
y de otros la fatalidad,
lluvia que estremece
y resfría a la humanidad
que cala y acaricia,
que provoca caídas
que en el alma dolerán,
lluvia para pulmonías
y el aire limpiar,
precipitándose a una tierra
que necesidades pasará.
Lluvia que me moja
cuando quiero llorar,
que me purifica siempre
con su naturalidad,
lluvia que sobrevive
a pesar del pesar
que nos da la vida
otra vez más.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Lo que siento, lo que soy

No he tenido otras luces
que alumbren mi despertar,
que tus ojos marrones,
del color de la tierra húmeda
que nutre mi raíz,
que alimenta mi pensar,
del color del tronco del arbol
que sujeta el balancear
que me mece y me lanza
dándome alas para volar.
No he tenido más cimientos
que los de tu sonrisa,
cada vez que surge
expléndida e invicta.
No he tenido más sustento
que tus labios de tempestad,
para contarme tus anhelos,
para relatar cada cuento
lleno de implícita verdad.
No he tenido nada de valor,
hasta que sentí
en mi vida tu corazón,
hasta que demostraste
lo que me quieres
y lo que te quiero yo.
No he tenido mayor tesoro
que quiera conservar,
a pesar de la falta de luces
que parezco demostrar.
No he tenido tanto poder
y tan poco tiempo
para lo que deseo ejercer
y lo que ignoro aprender.
Crear contigo un futuro,
una decisión difícil
que ahora no dudo,
crear contigo amaneceres
de esperanza repletos,
atardeceres de ensueño,
mañanas de felicidad
tras las dormitadas horas
que ahora tienen dueños.
Crear contigo parajes
que en compañía contemplar,
que no existían antes
de a mi vida tu llegar,
construír la senda
de los que luego han de estar,
dándoles el amor que ambos
nos despositamos sin cesar,
dándoles la pasión sincera
de dos buenos humanos.
Quiero ser contigo
lo que todo hombre desea,
aunque no se de cuenta
y el instinto lo pervierta.
Adorar cada centímetro de piel,
cada célula de tu cuerpo de mujer,
que es tan pura como divina,
pues solos los dioses soñaron
con alumbrar una vida,
y tu me la has dado,
cuando estaba perdida.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Prologo

¿Qué se puede decir de alguien como yo?. Lo cierto es que si la muerte hubiera estado tan cerca que pudiera mirarla a los ojos, nunca habría actuado como lo hice. No soy un héroe ni lo pretendí en vida. Simplemente buscaba algo de reconocimiento a un trabajo diario que resultaba tan rutinario como soportable. Quizás una palmadita en la espalda por hacer las cosas bien sería lo que necesitamos para seguir adelante con una sonrisa en la boca en vez de un gesto adusto de forzada gentileza. Lo cierto era que allí me encontraba, entre las puertas del cielo y del infierno y todavía no estaba seguro hacia donde tirarían más los hechos y decisiones que acompañaban mi corta vida. Quizás haciendo memoria pueda recabar información necesaria para esa valoración. No estoy muy seguro de que sirva de algo pero de todas formas allá voy.


No he sido nunca nadie que haya destacado en nada en particular. Solo me encuentro a mi mismo haciendo cosas que se pueden catalogar de frikie. Soy capaz de escribir e imaginar historias como si de películas se trataran. En ocasiones creo que también he soñado cosas parecidas. Me encantaba el cine y leer. Lo fantástico era mi mundo y hubiera deseado en más de una ocasión llegar a conseguir algún poder, o sumergirme en la trama de alguno de los libros que tanto me gustaban. Creo que por ese motivo no era capaz de ver nada bueno en el mundo real. Si había algo bueno tenía siempre una cara mala que lo podía rebatir con bastante facilidad. Cualquier acción de buena voluntad era capaz de volverse contra uno sin que siquiera te dieras cuenta. Demasiado complejeidad cuando en el mundo de la fantasía todo estaba claro. Los buenos, los malos, los neutrales, el honor, movía a las personas así como la bondad o la malicía. Alguien puede pensar que así es el mundo real, pero no, ahora hay intereses, solamente eso. El dinero, el bienestar, el amor, la amistad, todo es cuestión de interés y se somete a negociación cuando estás a punto de perder, porque siempre tienes que elegir entre lo que más te conviene sin ver la menor posibilidad de algo bueno para tu futuro.


Me ando por las ramas, ya lo se, pero no puedo evitar pensar que un mundo de fantasía me hubiera acogido con más amor y con más alegría que el de la realidad que me rodeaba. Unos estudios medios tirando a mediocres, una familia de clase baja que apenas podía llegar a fin de mes, una hermana que buscaba por encima de todo el libre albedrío y un novio que le comprara todo lo que nuestros padres no tenían. Las broncas eran diarias y el pan nuestro de cada día era el rencor y el reproche. Yo callaba por no llorar y me recluía en mi cuarto donde pasaba la mayor parte del tiempo sumergido en mis historias o en las historias de otro que me agradaban igualmente. Todo con tal de no verme arrastrado a la fulminante trayectoria de caída que llevaba cada uno de los miembros de mi familia. Tenía planes, aunque no sabía cómo los iba a llevar a cabo. Para todo hacía falta dinero, incluso para irse a estudiar fuera de casa y así deshacerse del estigma y maldición de la familia Sonseca. Por cierto, mi nombre es Camilo, un desvarío de mi madre en su afán por tener algo parecido a lo que fue Camilo Sexto, su ídolo de juventud que hoy día estaría por ahí tirado a punto de morir por cualquier droga. Esto o se si es verdad, pero tampoco me importa, por mi como si quiere estar dándose la gran vida.


El hecho es, que en ese entorno social poco futuro veía para mi. Había que ser algo egoísta, cosa que no se me daba bien, ya que cualquier carita de no haber roto un plato conseguía de mi el más ridículo de los favores. Era blando y eso tenía que cambiar, quizás por eso estaban dudando ahora a donde me mandaban, si al cielo o al infierno. ¿Qué pesaba más, las buenas o las malas acciones?. Aunque quiero fingir que me da igual no es cierto, yo siempre creí que iría al cielo, o que como mucho dejaría de ser consciente de mi para reencarnarme en otra cosa o persona o bicho viviente. Ahora lo único que contaba era lo que ya no tenía remedio.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Viviré

Viviré entre mares de sentimientos
capeando el temporal y los dulces vientos,
viviré desnutrido, anémico,
viviré en el sin sentido
de saber lo que no quiero,
viviré por vivir,
viviré por complacer
a quienes esperan algo de mi,
viviré en la zozobra
del desaguisado que es sentir.
Viviré en la última hora
del primer atardecer
de una vida que vuelve a amanecer,
viviré en la estrecha calle del saber,
en la que todos opinan y ninguno ve.
Viviré en la dulce melancolía
de echar de menos lo que fue,
sin dejar de disfrutar el día a día,
sin dejar de ser,
quien siempre he querido,
quien siempre soñé,
repartiendo caprichos
al amor de mi vida,
viviré para ella,
pues así mis sentimientos me lo dictan.
Viviré arañando espacios
de tiempo para ser feliz cada día,
para buscar su sonrisa,
viviré con su inolvidable compañía,
escribiendo mis desazones y mis alegrías,
mis religiones y mis simpatías,
narrando cada pequeña cuestíon
que se debata en el alma mía.
Viviré porque ya que tengo vida,
no la he desperdiciar,
y colmarla de primicias,
noticias que en grandes titulares
se leeran en las esquelas
de los recuerdos que acreditan
lo extenso de una vida.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Navegaré

Navegaré en los altos y bajos ríos,
en los mares alejados de las costas,
en los sempiternos lagos,
en los océanos de desafíos.

Navegaré en las palabras de ensueño,
en los susurros de los labios,
en los atardeceres lentos,
en el caminar despacio.

Navegaré en el arte del artista,
en la musa del saber,
en la enciclopedia del que analiza
cuanto hay que entender.

Navegaré por la necedad del incrédulo,
por la suficiencia del satisfecho,
por la vagancia del recelo,
por el delito del que no pudo.

Navegaré por narrativas perdidas,
por versos olvidados,
por sentimientos inútiles
que nos tienen atrapados.

Navegaré por almas a la deriva,
siniestras y embarradas,
por luces que indican
rutas de alegría.

Navegaré aunque socabones me impidan,
navegaré bajo las aguas de la vida,
no pararé por más que insistan,
pues tengo por delante otro día.

Navegaré para dar esperanza,
para mi brazo ofrecer,
para ser el bastón
del que me quiera cojer.

Navegaré por amor
a una especie desagradecida,
ayudando al que pueda,
amando al que se lo merezca,
pagando mi tributo
por cada segundo de vida.

jueves, 8 de octubre de 2009

Reacio

Reacio he de ser
ante cada una de las virtudes
que demuestran a mi alrededor,
ante cada entonación
de ensalzamiento falso
y falso reconocimiento de perdón.
Reacio de sentir y creer,
de atisbar en la cuna del saber
una sola palabra que cierta deba ser.
Reacio de los sentimientos
que creen tener,
de la fortaleza de un hombre
que repetidas veces ha de caer
en el foso de la equivocación,
tropezando con la piedra
del deseo sin conocimiento,
del capricho en esceso,
del dudoso y perpétuo
aguijón de veneno
que nos dio la vida
y continuamente nos la quita.
Reacio creceré
en mis múltiples años de desesperanza,
reacio al comprender
que nada es digno de alavanza,
que nadie es tanto como quiere ser,
que no logran la meta
sin antes desacreditar su persona
a cada paso que den.
Reacio es la definición
si quieres evitar el daño,
si quieres huír del fracaso
y de la siempre presente
catástrofe del corazón escaso.
Reacio es el hombre,
anhelando tener,
cayendo en la fe que nos ofende
y decepciona una vez más,
solo una vez.

martes, 11 de agosto de 2009

La gente que veo caminar.

Quisiera reflexionar sobre cosas que suceden en mi pueblo y que son difíciles de cambiar, no pretendo que rime y se rima casualidad será, pues es un tema serio que me gustaría publicar. Se trata de inmigrantes, se trata del crimen, se trata de accidentes y de la gente que pasa. Se trata de la conciencia de un ciudadano, que cree que puede saltarse a la torera cualquier ley, mandamiento, u ordenanza porque la toma en vano. En definitiva se trata de nosotros y de nadie más, porque nadie nos va a regalar nada, pero parece que lo esperamos sin cesar. No se de leyes, pero se de sentido común, no se de reglas morales, pero tengo conciencia y lógica que son las que valen. Reglas como las de no hacer a nadie lo que no quieras que te hagan, no tratar con desdén, no mirar por encima del hombro creyéndote mejor que nadie, ya que todos tenemos miserias, todos tenemos secretos, todos escondemos acequias donde se vierten los despojos, recuerdos, culpas, miedos que no queremos con nosotros, pero que nos acompañan mientras vivamos, aunque reconocerlo no queramos. Todos tenemos por que callar, y todos deberíamos pensar antes de hablar. La sinceridad no es algo que evitar, sino que medir en determinados momentos para no herir, no para sacar provecho. Si hay más negros aquí, es porque alguien los dejó pasar, si no hay empleo para todos, es porque alguien se excedió en su día. No podemos pretender desear tanto como obtuvo el vecino, no podemos pretender tener un cochazo porque esté de moda, o comprarnos la última consola. No podemos pretender que no haya crisis y al tiempo tener lujos y todos los complementos que se llevan. Solo siendo nosotros mismos, ateniéndonos a lo que necesitamos, con algún caprichillo de vez en cuando, en el momento que el sueldo lo permite, y no pidiéndo préstamos que nos ahogan para pagarlos, podremos llegar a ser algo, a prosperar en medida de lo posible. Pero sin dudarlo, si algo nos hace infelices, es querer lo que no tenemos y no valorar lo que está en nuestra mano. Cuando no se sabe para donde tirar y tomamos como rumbo, como meta, como final algo insustancial, nos encontraremos vacíos al conseguirlo, deseando encontrar otra cosa que lo sustituya. Así iremos perdidos por la vida detrás de falsas ilusiones que no tienen capacidad de dar felicidad, solo decepciones. Lo que realmente vale es lo que te logra realizar, disfrutar de los momentos que pasan constantemente rodeado de la gente que te quiere. Vivir cada instante con la persona que amas, recordar cada sueño y darle importancia. Hacer feliz a otras personas tanto como a ti mismo conseguirá que todo tenga sentido y merezca la pena lo que has vivido, para que cuando nos vayamos al otro barrio, no haya miedo ni tristeza por aquello que atrás dejamos, que cada momento sufrido merezca la pena, que cada segundo empleado no nos recuerdo que no lo hemos intentado. Así se vive y se muere sin que los remordimientos lleguen.

Las lunas.

Lunas han esquivado estrellas
cayendo en la noche,
floreciendo en el cielo azul marino
tirando a azabache.
Lunas se han encendido en anocheceres,
del color del oro
para dar a luz rojos amaneceres,
sangrados y llorosos.
Lunas que han ocultado sus influencias
y numerosos quehaceres,
lunas que son divas y grandes señoras
de los mundos nocturnos
en los que perderse.
Lunas que se estremecen
y sin palabras desaparecen
cual tímida dama discreta en su muerte.
Lunas que renacen
con lenta planificación,
avisando de su futuro explendor,
de su reinado imperioso
que inalcanzable se hiergue
en el turno que le cede el astro sol.
Lunas que me guían y me influyen,
lunas que contabiliza el tiempo,
que suben y bajan mareas,
que profetizan hechos increibles
de incierta naturaleza.
Las lunas estaban antes,
las lunas siguieron después,
aún cuando ya no queden ojos
que absortos las miren,
sobrevivirán a nuestra era,
a nuestro insignificante ser.
Por eso es que las lunas
que acompañan nuestros sueños,
que reciben nuestras fiestas,
que contemplan nuestras penas
y alegrías por las arenas y aceras,
son las lunas que nos velan,
las lunas que cuando menos lo espere,
serán nuestras compañeras
en el cielo oscuro y lejano,
cuando yo me vaya,
que me lleven de su mano.