Cine nuestro que estás en las salas,
santificado sea tu arte,
venga a nosotros cada estreno,
hagase tu voluntad,
tanto en los finales malos como en los buenos,
danos cada viernes un peliculón,
perdona nuestras críticas
como nosotros perdonamos algunos bodrios,
no nos dejes caer en la tentación de la manta,
y líbranos de escoger películas malas.
Acción.
sábado, 13 de junio de 2009
Los mandamientos del Videoclub
1º Adoraras al dvd sobre todas las cosas.
2º No ensuciarás el dvd ni con dedos ni comida.
3º No tomarás el nombre de Spielberg en vano.
4º No piratearás el dvd para dejarlo a un amigo después.
5º Devolverás el dvd a tiempo para que otros lo puedan disfrutar.
6º No te quedarás con el dvd una vez alquilado por mucho que te guste la película.
7º Comentarás brevemente tu opinión con el dependiente del videoclub.
8º Recomendarás las que valgan la pena solamente.
9º Ojearás los extras disponibles en el dvd para mayor información.
10º No levantarás falso testimonio de las películas visionadas.
2º No ensuciarás el dvd ni con dedos ni comida.
3º No tomarás el nombre de Spielberg en vano.
4º No piratearás el dvd para dejarlo a un amigo después.
5º Devolverás el dvd a tiempo para que otros lo puedan disfrutar.
6º No te quedarás con el dvd una vez alquilado por mucho que te guste la película.
7º Comentarás brevemente tu opinión con el dependiente del videoclub.
8º Recomendarás las que valgan la pena solamente.
9º Ojearás los extras disponibles en el dvd para mayor información.
10º No levantarás falso testimonio de las películas visionadas.
martes, 9 de junio de 2009
Los mandamientos del cinéfilo
1º Irás al cine antes que al videoclub o a la manta.
2º No tomarás el nombre de Spielberg en vano.
3º Celebrarás los viernes de estreno yendo al cine.
4º Llevarás a tu padre y a tu madre así como a tus amigos.
5º No piratearás.
6º No contarás el finál de la película a alguien que no la haya visto.
7º No molestarás a los demás espectadores.
8º No despotricarás en contra de una película sin haberla visto.
9º Te aprovisionarás de palomitas y refrescos evitando las pipas.
10º No irás solo al cine siempre que puedas evitarlo.
2º No tomarás el nombre de Spielberg en vano.
3º Celebrarás los viernes de estreno yendo al cine.
4º Llevarás a tu padre y a tu madre así como a tus amigos.
5º No piratearás.
6º No contarás el finál de la película a alguien que no la haya visto.
7º No molestarás a los demás espectadores.
8º No despotricarás en contra de una película sin haberla visto.
9º Te aprovisionarás de palomitas y refrescos evitando las pipas.
10º No irás solo al cine siempre que puedas evitarlo.
sábado, 6 de junio de 2009
Prologo
El almuerzo había tenido su pelea, como casi siempre. Disputas sin sentido en un lugar donde la razón había desaparecido hacía tiempo. Gente que creía ser otra persona, que veía cosas ocultas, que descifraba códigos inservibles o invisibles. Algunos que sufrían pesadillas crónicas una y otra vez, u otros que miraban al horizonte perdido entre los barrotes de las ventanas, buscando algo que ya no existían. Todos tenían un destino cruel y atroz. El no recordar quienes eran ni poder llevar a cabo una vida tranquila y normal. Eran los locos de la sociedad. En algunos casos habían sido eminentes científicos o quizás grandes hombres de negocios. En otros eran simples mendigos que habían sufrido los más atroces crímenes contra el ser humano. Todos tenían sentimientos y eran presos de estos, así como de los miedos que los atenazaban e impedían cualquier desarrollo espiritual que pudiera traer consigo algo de paz. Los pasillos blancos, asi como el mobiliaron con la única excepción del televisor negro, alrededor del cual se centraban la mitad de las miradas de la sala, era una falsa ilusión de pureza y limpieza. Quizás quería transmitir tranquilidad pero solo conseguía una senación de vacío que pocos lograban llenar.
Entre todos ellos había alguien que no estaba loco. Siempre se suele pensar eso de alguien que sufre una depresión momentánea o que ha sido encerrado por un veredicto de enajenación en un juicio de asesinato. Sin embargo ese hombre no era más que un pobre diablo que no encontraba lugar en la sociedad. Sentado en un rincón, mirando a unos y a otros con cara de desquiciado, sería difícil que convenciera a nadie de la salud mental que derrochaba. En su cabeza, una y otra vez pasaban pensamientos. En aquel lugar eran los más absurdos. Algunos eran miedos, otros imágenes de recuerdos casi olvidados. Había quien no dejaba de pensar en ecuaciones matemáticaso en frases de libros famosos. Otros hacían cuentas como si siguieran en un banco y otros revivían una escena de su vida como si no existiera otra. Los conocía de memoria y sin embargo no podía acallarlos. Siempre susurraba las mismas palabras que, entre los enfermeros y médicos psiquiatras del lugar, se penaba que se debía a una esquizofrenia irreversible. Un periódico guardaba de cada ejemplar en su habitación. La noche era el momento más temido. En esas horas de oscuridad en su mente revivía cada uno de los sueñosde todos los que estaban a su alrededor y pocos eran placenteros. Daba igual que estuviese dormido o que estuviese despierto, en cualquier caso su vida era un sufrimiento. Miró hacia abajo una vez más y vio la fecha del periódico. Sus ojos se abrieron más todavía.
1 de enero de 1900. Corrió hacia una mesa poseído por un pánico que solo él podía ver. Allí había hojas y colores. Los enfermeros se acercaron pero al ver que se ponía a dibujar frenéticamente lo dejaron, pensando que había econtrado algo que hacer diferente y que no le vendría mal. Como si estuviera haciendo un lienzo mayor que aquellas ojas de folio que había sobre la mesa, las fue uniendo y su dibujo se fue extendiendo hasta convertirse en un auténtico mural. A partir de ese momento el tiempo dejó de pasar. Solo existía eso que dibujaba. Recordaba que pintor, que antaño se había dedicado a eso, antes de que comenzaran las voces y las imágenes en su cabeza. Así, una detrás de otra las ojas se fueron llenando. Cada folio que dibujaba se extendían al siguiente sin dar la impresión de que tuviera fin. Si alguien se le acercaba reaccionaba como un animal que defendiera su territorio. Aquellos dibujos se habían convertido en su vida, en algo que defendería con cada respiro. No comió ni durmió en dos días, si bie el sueño era una constante, la comida no la había perdonado. Sin embargo ahora era diferente, ahora tenía un objetivo, algo que no le dejaba vivir, si a aquello se le podía llamar vida.
Cuando finalizó, cayó al suelo envuelto en sudores. El último folio apenas lo había empezado pero los brazos y las piernas le temblaban. Espasmos incontrolados recorrían cada extremidad y conseguían que su cuerpo se arqueara y se agitara de forma que parecía que descargas eléctricas recorrían sus huesos. Enfermeros los cogieron de brazos y piernas recibiendo golpes. La fuerza con que despedía a los que trataban de ayudarles era demasiado intensa. Sin previo aviso todo cesó. Quedó extendido de pies y manos en el suelo y totalmente paralizado. Su mirada apuntaba al techo. Se diría que miraba algo. Se acercaron con miedo y alguien puso sus dedos en la carótida. No tenía pulso, había muerto.
Cuando miraron alrededor, el hospital sanitario mental había desapareció. No había rastro de enfermos, o de efermeros ni médicos. Una casa destartalada y vieja era el hogar que había tenido. Los folios que creía dibujar eran las paredes de la casa, que se habían convertido en un inmenso mural recorriendo cada habitación, cada mueble. Incluso el techo y parte del suelo formaban parte de aquel espectáculo que sobrecogía y helaba la sangre. La policía recogió el cadaver. A sus pies estaba el periódico que había desatado todo. 1 de enero de 1900. Un hombre es arrestado acusado de asesinar a una madre y a su hija.
miércoles, 3 de junio de 2009
El Soñador
Sueño cada noche
Sueño cada día
Sueño sin reproches
Sueño con alegría
Sintiendo el goce
De la liberación
Sintiendo las voces
De mi perdición
Sueño vidas malgastadas
Sueño muertes en el olvido
Sueño que nadie es nada
Sueño lo que he vivido
Sueño de forma legal
Que cometo delitos
Sueño con tu pensar
Sueño con tus delirios
Sueño con el soñar
Del moribundo y el rico
Sueño con alegrar
La depresión que he vivido
Sueño con otras vidas
Que nunca he querido
Y con otras leyendas
De las que he aprendido
Mil y una cosas buenas
y en mil y una noches he sentido
que mil y una veces me amaban
olvidando que había sido
un ladrón de almas
soñé con la victoria
en la guerra de tus sábanas
soñé con la derrota
y que tu me castigabas
a contemplar tus medidas
como se alejaban
sabiendo que así se perdía
mi última esperanza.
Soñé con labios de ensueño
Soñé con cuerpos desnudos
Soñé con largos inviernos
Y que para mi era ese mundo
Soñé que luchaba
Como el más fiero soldado
Soñé que abandonaba
Todo lo que había logrado
A petición de una dama
Que me había hechizado
Rindiendo mi reino
Y a mi como esclavo
Muriendo de viejo
Y bien apuntalado
Sueños de muerte
Sueños de resurrección,
Sueños inertes
Sueños del corazón,
Sueños de gobernantes
Sueños de pasión
Sueños de batallas
Creadas por ilusión
Sueños de imperios
Sueños de maldición
Sueños de aventuras
Sueños sin ningún dios
Sueños perfectos
Sueños de obsesión
Sueños anhelados
Sueños de terror
Y todos los sueños
Con un común denominador
Una historia mía
Que vivía cada noche un amor
Y afortunado he sido en vida
De ser un soñador
Pues he vivido mil alegrías
Y aprendió del perdedor
Gracias a los sueños
Que la vida me dio
Sueño cada día
Sueño sin reproches
Sueño con alegría
Sintiendo el goce
De la liberación
Sintiendo las voces
De mi perdición
Sueño vidas malgastadas
Sueño muertes en el olvido
Sueño que nadie es nada
Sueño lo que he vivido
Sueño de forma legal
Que cometo delitos
Sueño con tu pensar
Sueño con tus delirios
Sueño con el soñar
Del moribundo y el rico
Sueño con alegrar
La depresión que he vivido
Sueño con otras vidas
Que nunca he querido
Y con otras leyendas
De las que he aprendido
Mil y una cosas buenas
y en mil y una noches he sentido
que mil y una veces me amaban
olvidando que había sido
un ladrón de almas
soñé con la victoria
en la guerra de tus sábanas
soñé con la derrota
y que tu me castigabas
a contemplar tus medidas
como se alejaban
sabiendo que así se perdía
mi última esperanza.
Soñé con labios de ensueño
Soñé con cuerpos desnudos
Soñé con largos inviernos
Y que para mi era ese mundo
Soñé que luchaba
Como el más fiero soldado
Soñé que abandonaba
Todo lo que había logrado
A petición de una dama
Que me había hechizado
Rindiendo mi reino
Y a mi como esclavo
Muriendo de viejo
Y bien apuntalado
Sueños de muerte
Sueños de resurrección,
Sueños inertes
Sueños del corazón,
Sueños de gobernantes
Sueños de pasión
Sueños de batallas
Creadas por ilusión
Sueños de imperios
Sueños de maldición
Sueños de aventuras
Sueños sin ningún dios
Sueños perfectos
Sueños de obsesión
Sueños anhelados
Sueños de terror
Y todos los sueños
Con un común denominador
Una historia mía
Que vivía cada noche un amor
Y afortunado he sido en vida
De ser un soñador
Pues he vivido mil alegrías
Y aprendió del perdedor
Gracias a los sueños
Que la vida me dio
Buscando algo
Busco en los rincones
busco en las calles
hasta en los callejones
donde no duerme nadie
busco en las personas
mirando por sus ventanas
por los ojos que perdonan
y que enseñan el alma
busco en la paciencia
de aquel que me aguanta
busco la inocencia
de una tierna mirada
busco la piedad
de caricias ahogadas
que consuelan con la verdad
que duele en las yagas
busco en lo escondido
que nadie ha buscado
me busco a mi mismo
sin haberme encontrado
busco un futuro
busco un pasado
ese nuevo mundo
que siempre he anhelado
busco el valor
de decir lo que siento
busco en mi interior
ese último momento
de apartar el miedo
de apartar lo malo
y en el tenue silencio
encontrar lo amado
busco en las calles
hasta en los callejones
donde no duerme nadie
busco en las personas
mirando por sus ventanas
por los ojos que perdonan
y que enseñan el alma
busco en la paciencia
de aquel que me aguanta
busco la inocencia
de una tierna mirada
busco la piedad
de caricias ahogadas
que consuelan con la verdad
que duele en las yagas
busco en lo escondido
que nadie ha buscado
me busco a mi mismo
sin haberme encontrado
busco un futuro
busco un pasado
ese nuevo mundo
que siempre he anhelado
busco el valor
de decir lo que siento
busco en mi interior
ese último momento
de apartar el miedo
de apartar lo malo
y en el tenue silencio
encontrar lo amado
Conocí a una persona
Conocí a una persona
que no conocía bien
conocí a una persona
a la que quise conocer
conocí unas costumbres
conocí a un ser
a quien cogí cariño
y no quería perder
conocí a una persona
que me enseñó a ver
lo hermoso de la amistad
lo hermoso del querer
y que no solo es amor
lo que quería tener
también muchos amigos
de naturaleza fiel
conocí a una persona
que me consoló
que secó las lágrimas
que mi corazón derramó
por otra persona
que jamás me valoró
conocí a una persona
que conmigo lloró
que hizo suyas mis penas
que sin dudarlo ofreció
a mi alma una tregua
a mi vida una ilusión
conocí a una persona
que por carta me escribió
y con ella descubrí
una nueva emoción
que me decía las verdades
que nadie me mencionó
que me hablaba claro
aunque doliera el honor
conocí a una persona
que mi corazón aceptó
como verdadera amiga
como una bendición
que no conocía bien
conocí a una persona
a la que quise conocer
conocí unas costumbres
conocí a un ser
a quien cogí cariño
y no quería perder
conocí a una persona
que me enseñó a ver
lo hermoso de la amistad
lo hermoso del querer
y que no solo es amor
lo que quería tener
también muchos amigos
de naturaleza fiel
conocí a una persona
que me consoló
que secó las lágrimas
que mi corazón derramó
por otra persona
que jamás me valoró
conocí a una persona
que conmigo lloró
que hizo suyas mis penas
que sin dudarlo ofreció
a mi alma una tregua
a mi vida una ilusión
conocí a una persona
que por carta me escribió
y con ella descubrí
una nueva emoción
que me decía las verdades
que nadie me mencionó
que me hablaba claro
aunque doliera el honor
conocí a una persona
que mi corazón aceptó
como verdadera amiga
como una bendición
lunes, 1 de junio de 2009
Capítulo 1 después del prólogo.
Transpiraba en exceso y me notaba las axilas más húmedas de lo normal. Empezaba a creer que la gente solo se fijaba en mi. Girar hacia un lado y hacia el otro buscando algún indicio de lo que pensaba y también de que no estaba loco no ayudaba a dar una imagen normal. Había escuchado algo en mi cabeza, estaba seguro, pero nadie había cerca para hablarme de esa manera, como en un susurro, como queriendo que nadie más se enterara. Un nuevo giro desquiciado y de repente, asustado para mirar quien había detrás de mi, cerré los ojos deseando que la tierra se me tragara. Había conseguido que algunos de los presentes miraran con cierta burla en su expresión. No quería parecer un loco, pero yo mismo dudaba de que la cordura no pudiera ser puesta en entredicho.
Llegó por fin Elena del servicio. No sabía porque tenían que levantarse dos y tres veces. Era algo que los chicos jamás podríamos entender y aún así no me importaría preguntarselo. Había deseado fervientemente conocer sus pensamientos para tener alguna posibilidad de asombrarla, ya que toda la velada estaba saliendo de pena. La conversación no era divertia y seguramete se aburría, de ahí que fuera tanto rato al lavabo. Había terminado su plato y se limpió la boca con la servilleta de manera discreta, como lo había visto hacer en las películas de la alta sociedad. Ella al ver que ya había terminado dijo que ya no quería más. El camarero se acercó para retirar los platos con toda la diligencia posible. Sabía que había cabado mi propia tumba, más aún cuando noté un malestar en mi cabeza.
- Siento si te estás aburriendo,- fui capaz de decir, sabiendo que la oportunidad había sido fallida.
- No, no es que me aburra, simplemente que no me encontraba bien, "Preferiría ver un partido del madrid con mis dos hermanos antes que volver a salir contigo".- No podía creer el cambio de too que había experimentado, esa sinceridad era abrumadora.
- ¿De verdad?
- De verdad, ¿qué?,- su rostro era impenetrable pero no pensaba permitir que me tratara así.
- Lo que has dicho.
- Sí, bueno, que no me encuentro bien, claro que es verdad,- estaba incómoda, pero ella había sido la que había dicho eso.
- Perdona, es que juraría que ... ,- mejor me callaba, a ver si la iba a cagar más.
- "Este tío empeora por momentos, yo no quiero postre, cuanto antes salga de aquí mejor".
No era capaz de hablar. Había dicho eso delante de mi pero había un pequeño detalle sin importancia que me hacía quedarme petrificado. Ella no había movido los labios. Solamente había suspirado y no había sido tan largo y con la articulación de labios suficiente para pronunciar lo que había escuchado. ¿Qué estaba ocurriendo?. Era la pregunta del millón y no sabía como seguir. Quizás intentando hablar de algo intersante, al menos que lo fuera para ella.
- ¿Quieres postre o un café?,- le pregunté esperando que cambiara de opinión.
- No, gracias, tengo que guardar la linea. "Y seguramente también la orden de alejamiento"
Nueva frase enigmática, de tono totalmente diferente que hacía pensar que estaba hablando con dos personas diferentes. La constatación de que las mujeres dicen una cosa y piensan otra, a veces distinta, aunque guardaba la esperanza de que en algunos momentos pudiera ser positiva. La cabeza me funcionaba demasiado deprisa y estoy seguro que respiraba con ansiedad. Ella era capaz de hablar sin mover los labios o yo era capaz de leer los pensamientos. Era una locura pero, ¿qué otra explicación podía haber?. El silencio mientras pensaba se estaba haciendo demasiado tenso. Hizo ademán de levantarse y me miraba para ver si yo la imitaba. Debía reaccionar.
- Déjame compensarte por una cena aburrida, una última copa.- Era mi última oportunidad -. Después te dejaré en paz.
- De acuerdo, ¿por qué no?, "lo mismo con alcohol mejora",- aquellos pensamientos, ya que llamarlo de otra manera me parecía incorrecto, podían llegar a ser reveladores.
Nos levantamos de la mesa y fuimos a la barra del bar que tenía el restaurante. La cuenta la pagué dejano varios Euros de propina. No sabía si era mucho o poco, pero me daba igual si conseguía impresonar a esa chica. Nos sentamos en dos butacas altas, uno frente al otro y ella agachó la cabeza.
- "A ver que me dice, estaría bien que empezara por una pregunta interesante como el libro de ángeles y demonios que me acabo de leer. Demasiado pedir".
- ¿Te gusta leer?,- pregunté intentando parecer natural.
- Sí,- la sorpresa en su rostro era patente -, la verdad es que mucho.
- A mi también. Pero no se puede hablar demasiado con nadie de eso.
- Sí, te entiendo, es como si fuéramos un círculo cerrado que no se habre para nadie, "vaya esto si que es nuevo, hubiera pensado que es un frikie de los juegos de cosola y las películas de superhéroes".
- Es increíble. ¿Qué libro de los que has leído te ha gustado más?,- lo curioso era que podía ser catalogado de frikie, pero también me gustaba la literatura, como una pasión secreta que no salía a relucir nunca entre los amigos.
- Bueno, el último Ángeles y Demonios me ha gustado mucho. Ahora quiero leer el del Código da Vinci. Cuando sacaron la película no la vi porque no había leído el libro.
- Claro, es mejor así, los libros les dan mil vueltas a las películas, yo he leído los dos,- la casualidad venía a mi encuentro y me tendía una mano de ayuda inestimable. No pensaba rechazarla.
- ¿En serio?, "después de todo es una caja de sorpresas".
- Sí, me gusta la forma crítica de hacerte pensar en las lagunas de la religión dejándote libertad para que elijas tu camino,- no sabía cómo, pero hablar de un tema que me apasionaba conseguíasacar de mi la labia que necesitaba para ser quien era y estar cómodo.
- "Vaya, creo que me había equivocado".
La noche a partir de esa primera copa cambió radicalmente. Ella era una auténtica deoradora de libros que incluso podía superarme a mi, si no fuera porque la mayoría de sus lecturas eran de géneros distintos a los míos. No sabía si tenía forma de cortar la recepción de aquellos pensamientos que me llegaban por arte de magia, porque de momento no podía pensar en otra cosa que ese motivo para describir la situación, pero no quería hacerlo. Los estaba utilizando para conseguir una sintonía, una afinidad que la dejaba perpleja, aunque yo también me llevaba mis sorpresas.
- Es fantástico, pero te lo recomendaría, porque los sentimientos, el drama, incluso los dilemas existenciales están a flor de piel en un marco que jamás has visto,- le describía uno de los libros fantásticos que me habían atrapado.
- Vaya, si lo describes así no me podré resistir. "ahora solo falta que me diga algo bonito y será perfecto",- aquella petición, aquel deseo no podía ser desatendido. Tenía a la chica más hermosa del instituto y a la más inteligente y afín a mi que había encontrado, o al menos que había conocido, dispuesta a seguir conmigo más tiempo. No podía fallar en lo que me reclamaba, pero tampoco tenía que esforzarme demasiado. Algo dentro de mi no paraba de sugerirme cosas que evocaba su sola presencia.
- No se si es el alcohol, o es la noche, pero nunca te había visto tan preciosa como ahora. ¿Esos son tus ojos o son estrellas en el cielo oscuro?
Me acerqué un poco, mirándola fijamente. No tenía intención de nada y solo estaba escrutando esa mirada que realmente brillaba con luz propia, de espalda a las luces de la barra. Sin darme cuenta estaba muy cerca, admirado. Ella parcialmente extasiada. No pensaba, al menos no lo percibía, sin embargo había otra presencia, algo que no había sentido antes y que no llegaba a mi cerebro. El corazón comenzó a latirme con fuerza y sentí como me golpeaba con urgencia. No solo era bella aquella chica sino que tenía algo que no se podía medir con palabras. La distancia que nos separaba fue recorrida por ella. Apenas unos centímetros que salvó para encontarse con mis labios sorprendidos.
Aquello que sentía ahora no era lo mismo que me había llevado a pedirle salir, no era, ni por asomo, que me gustara simplemente. Aquello era desconocido, pero era lo que me movía y sabía, en algún lugar dentro de mi, que no podría ir contra esa nueva presencia que me invadía.
Tan difícil
Tan difícil es amar,
entregar un corazón
tanto como averiguar
que es el verdadero
al que todo quieres dar.
Tan difícil es entregarse
sin todas las dudas,
tan incierta la verdad
en la nublada mirada,
sin pruebas que rompan
la propia palabra.
Tan difícil es discernir
una gran amistad,
una sonrisa de comprensión
o una caricia de bondad
del sentimiento del amor.
Tan locos y desesperados
estamos por encontrarlo
y perecer en los brazos
de una desconocida pasión
que a la mínima de cambio
ahuyentamos asustados
sin darle oportunidad
de ser algo menos
y permanezca entre los dos.
Tan difícil es ese imposible
que cuando aparece
no nos damos cuenta,
que hemos de perderlo
para conocer su naturaleza,
tan difícil ha de ser el cuento
que no podemos preveer
cuando una locura se hará
con el control del cuerpo.
Tan díficil seguirá siendo
que dos corazones latan al unísono,
compartiendo esperanza
y un mismo sentimiento.
Tan díficil es hallarlo
que no juraría que existe,
pero tampoco abandonaría
la esperanza de encontrarlo
y así culto rendirle.
Porque quiero,
porque elijo la fe
en mi verdadero dios,
ese que llaman amor
y no un amor cualquiera,
el amor hacia una de las flores
del jardín que en nuestro camino
puso la primavera.
entregar un corazón
tanto como averiguar
que es el verdadero
al que todo quieres dar.
Tan difícil es entregarse
sin todas las dudas,
tan incierta la verdad
en la nublada mirada,
sin pruebas que rompan
la propia palabra.
Tan difícil es discernir
una gran amistad,
una sonrisa de comprensión
o una caricia de bondad
del sentimiento del amor.
Tan locos y desesperados
estamos por encontrarlo
y perecer en los brazos
de una desconocida pasión
que a la mínima de cambio
ahuyentamos asustados
sin darle oportunidad
de ser algo menos
y permanezca entre los dos.
Tan difícil es ese imposible
que cuando aparece
no nos damos cuenta,
que hemos de perderlo
para conocer su naturaleza,
tan difícil ha de ser el cuento
que no podemos preveer
cuando una locura se hará
con el control del cuerpo.
Tan díficil seguirá siendo
que dos corazones latan al unísono,
compartiendo esperanza
y un mismo sentimiento.
Tan díficil es hallarlo
que no juraría que existe,
pero tampoco abandonaría
la esperanza de encontrarlo
y así culto rendirle.
Porque quiero,
porque elijo la fe
en mi verdadero dios,
ese que llaman amor
y no un amor cualquiera,
el amor hacia una de las flores
del jardín que en nuestro camino
puso la primavera.
¿Qué es el amor para mi?
Despues de mucho pensar en cada momento en el que los sentimientos toman el control y nos hacen hacer cosas que no son propias de cada uno, he elaborado una especie de teoría sobre los sentimientos. Nadie puede decir que sea perfecto, que ame más que nadie, que sea el mejor de los amigos. Nadie puede asegurar que no haría esto o lo otro, porque todos, con los incentivos adecuados, incentivos que a veces no sabemos que existen, doblegaríamos nuestra voluntad con mayor o menor dificultad. Somos, y aquí incluyo a todos, seres humanos, en toda la extensión de la palabra. Dentro de ese significado está todo lo que nos caracteriza. La maldad y la bondad, que se pueden subdividir en celos, envidia, codicia, egoismo, rencor, odio, amor, amistad, altruismo, solidaridad y hasta la locura.
Sin duda todos hemos padecido alguna de estas cosas, o más de una en algún momento. Normalmente los extremos no se tocan demasiado, pero siempre hemos dicho que odiamos a alguien, sentimiento que está íntimamente relacionado con el amor. Además, las características de la maldad son más sentimentales que los exponentes de la bondad. En la bondad todo es actitud salvo el amor. Sin embargo la maldad tiene más caras que desconocemos hasta que las vivimos en la propia piel. Todos hemos tenido celos, envidia, todos hemos codiciado y quien no lo haya hecho miente. Se que soy algo extremista en este sentido, pero pensarlo detenidamente. Todos somos carne de cañón y no sabemos a lo que nos enfrentamos.
¿Como podemos saber si amamos o si odiamos?. El odio creo que es la frustración del amor. Intentamos amar a alguien, acercarnos a esa persona y que nos ame. Pero no podemos por algún motivo, o porque es condenadamente perfecto/a, o porque somos nosotros unos cortados y tímidos. Entonces elegimos odiarle por cualquier tontería porque no podemos alcanzarlo/a. ¿Como podemos saber si son solo amigos o son algo más?. ¿Como podemos saber si es deseo, si es capricho, si son imaginaciones nuestras que tenemos porque anhelamos poseer el amor y no porque amamos realmente?. Esas dudas son las que echan al traste una relación. Una duda acaba con nuestra seguridad en nosotros mismos. De repente lo que era claro, puede que se enturvie. Por un deseo pasajero somos capaces de tirar una vida a la basura. Todo porque el deseo es eterno, y el amor puede no serlo si nos dejamos atrapar por los anhelos efímeros. El deseo es como un virus que se camufla de cualquier cosa para sobrevivir. De repente de vuelve imprescindible. Puede que creamos que es amor, puede que tenga apariencia de lo único que nos salvará la vida o la hará infinitamente más cómoda. Dejando a un lado el deseo sexual, el deseo de algo persiste mientras no tenemos ese algo. Una vez lo hemos conseguido pierde todo el interés y es cuando nos damos cuenta de que lo que creíamos tan importante ahora solo es un estorbo, algo que ya no queremos y de lo que, en ocasiones, no podemos deshacernos. Hay caprichos que sabemos que no nos sirven para nada, hay otros que nos desafían y nuestro orgullo se ve comprometido. Cedemos porque no podemos quedarnos con la duda del qué pasaría. Al final todo es elección, pero cuando dejamos que la curiosidad tome la decisión por nosotros sin preveer las consecuencias, la elección deja de ser nuestra. Es cierto que las normas morales nos suelen cortar las alas en la mayoría de ocasiones, pero en otras, el actuar en contra de esas normas consigue un grado de excitación que es lo que hace que se repita la conducta. Saber que estás cometiendo un acto impuro que va contra la creencia de lo que todos creen que es correcto supone una sensación de libertad y autoridad que puede llegar a enganchar. Quien no conoce estas cosas, el lado oscuro, como no dudarían en llamarlo algunos frikis entre los que me incluyo, cuando las experimenta, sabe sin duda que se siente genial porque ha burlado la seguridad espiritual, porque ha burlado algún tipo de regla y eso nos hace sentir poderosos. Yo lo he hecho, a veces inocentemente y otras he conseguido cotas altas de inmoralidad, aunque solamente para la iglesia.
En resumen, puedo decir, que somos esclavos de unas emociones que en muchos casos nos superan. ¿Cómo saber que amas?. Quizás solo debas perder para saber lo que tenías. Quizás debías haber mirado más detenidamente y darte cuenta de detalles. Como que ella te acariciaba mientras tu estabas ocupado leyendo el periódico. Quizás te hiciera un dibujo en la comida, o se preocupa de que tengas la ropa perfecta para ir a trabajar. Quizás te da consejos esperando que no te estrelles en tus decisiones. En ocasiones puede que solamente te salude con una sonrisa y la mirada encendida. Pero saber que amas tiene que ver con las cosas que la otra persona hace y de las que no se da cuenta. Un día ves que se ríe de una manera particular y te encanta. Lo que a otros les parece un defecto para ti es un rasgo maravilloso de su personalidad. Ves solo lo bueno y defiendes su causa como si fuera la tuya. No puedes creer que te quiera, que esté contigo y sobre todo que no le importe ese defecto que tanto tienes en cuenta. En unos casos son michelines, en otro caso la nariz torcida, o mucho pelo, o un lunar por alguna zona prohibida. Nadie es perfecto si, pero cuando te enamores de alguien, todo cambia.
¿Cómo saber que alguien te quiere?. Esa es la gran pregunta. Los detalles son la respuesta. De los actos y de las cosas grandes se da cuenta todo el mundo. Las grandes demostraciones de amor pasan con el tiempo y lo que queda son los pequeños detalles diarios. Un beso cuando menos lo esperas. Preguntar por lo que te preocupa. Escuchar atentamente lo que te dice. Tu sabes que quieres ser el centro de su vida pero, ¿lo sabe él o ella?. Demostrarlo puede que se reduzca a decirlo en una nota, ya que las palabras escritas suelen encerrar un significado mayor que las habladas. También se puede demostrar a través de un regalo, no uno típico de flores, bombones o joyas, sino más bien uno pequeñito, como ese complemento en el que se fijaba y que nunca se compraba porque tenía que ahorrar. En verdad amar es fácil y nosotros lo hacemos difícil. El hecho de no creernos que nos puedan amar hace que sea más fácil creer que en cualquier momento puedan dejarnos por otro u otra. No entiendo este razonamiento, sin duda es un temor justificado, pero que tendrámás posibilidades de que se cumpla si nos obsesionamos con la idea y empezamos a acosar con dudas y preguntas a una pareja que no ha hecho nada para merecer tal interrogatorio. Al final, es una acto de fe. No me refiero a religión ni dioses de por medio. La fe es creer ciegamente. Yo, si amo alguna vez más, si soy bendecido con esa suerte, pienso tener fe. Pienso amar con toda mi alma, cada día, cada minuto, preocupándome por cuidar lo que me importa, mi amor. Porque aunque sea por egoismo, cuidar de la persona a la que amas, es cuidar tu corazón. Si le haces daño a ella, harás daño a tu corazón, y si al verla sufrir, no sufres, entonces no amas a esa persona. Por eso, si deseas amar, deseas sufrir. Si tienes miedo a sufrir, nunca podrás amar. Así pienso yo, así siento.
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